Tenemos algo en contra de los efectos secundarios.
La hipertermia actúa en consonancia con la inteligencia natural del organismo. Eso la ha convertido en una pieza eficaz y cuidadosa del tratamiento holístico del cáncer.
La hipertermia local funciona como una fiebre controlada y delimitada a una región. De forma no invasiva, las regiones tumorales se calientan mediante dos electrodos. Las ondas electromagnéticas generan una temperatura superior a los 40 °C haciendo girar las moléculas de agua del cuerpo, lo que calienta el tejido.
El calor inducido estimula de manera notable la circulación sanguínea y la oxigenación del tumor. En consecuencia, los citostáticos se distribuyen mejor y son absorbidos más fácilmente por las células tumorales. Como el tejido del tumor ya está más sensible por efecto del calor, la radioterapia también gana en eficacia.
Las células cancerosas son termosensibles. La regulación de la temperatura en el tejido tumoral suele ser deficiente. Así, pueden alcanzarse temperaturas de alrededor de 43°C. En el transcurso de una hora, estas altas temperaturas pueden combatir el tumor por sí solas.
Al subir la temperatura, el organismo acelera sus procesos bioquímicos y refuerza la respuesta inmunitaria. Con mucha delicadeza. En armonía con la naturaleza.
Las células tumorales son sensibles al calor. Responden con proteínas de choque térmico, es decir, sustancias proteicas que les piden a las células asesinas del sistema inmunitario que ataquen al tumor tan pronto alcanzan la membrana celular.
Al parecer, el sistema inmunitario tiene memoria. En ella se guarda el aspecto del tumor. Las hipótesis actuales suponen que esta memoria de las células inmunitarias contribuye a prevenir nuevas metástasis. Una sinergia perfecta.
La terapia hipertérmica se emplea fundamentalmente cuando el tejido tumoral ya presenta una circulación sanguínea y oxigenación deficientes, es decir, está hipóxico. O si se necesita un potenciador de la radioterapia debido a que es preciso administrar una dosis reducida de radiación para proteger el tejido circundante.
La hipertermia también es una compañera beneficiosa y delicada en casos de recidiva, puesto que las zonas del cuerpo anteriormente radiadas ya están afectadas.
En los últimos años se han impulsado un número creciente de estudios y proyectos de investigación sobre la hipertermia. Con resultados que alimentan la esperanza. Como es natural, cada vez más oncólogos y radiólogos utilizan la hipertermia como componente complementario e importante del modelo de tratamiento del cáncer. Una curación natural. Delicada y eficaz.